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El protocolo es similar al que se definió para los colegios, con la diferencia que tanto a estudiantes, docentes y personal no docente se les tomará la temperatura antes de entrar a los establecimientos.
En caso de que el termómetro marque más de 37,5 grados no podrán ingresar y se procederá a cumplir el protocolo que establece el Ministerio de Salud.
Además, en los espacios comunes el distanciamiento mínimo deberá ser de 2 metros, mientras que en las aulas se reducirá hasta 1,5 metros. El tapabocas será obligatorio en todo momento, tanto para profesores como para alumnos y cada establecimiento deberá tener insumos básicos de higiene como agua potable, jabón, alcohol en gel y cestos de basura.
En caso de detectarse un caso sospechoso o positivo, la universidad cerrará por completo por el plazo de un día. Se rastreará a los contactos estrechos del paciente para aislarlos o, si presentan síntomas, también testearlos.
El protocolo aprobado implica un piso mínimo de requerimientos y cada institución podrá definir criterios específicos para las particularidades de las actividades que realizan.
El ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta, expresó: “El compromiso del cuidado de la salud es nuestra prioridad. Creemos que la construcción del regreso a la presencialidad demanda de profundos consensos de toda la comunidad educativa. La decisión del regreso físico a las aulas será tomada por cada rector y rectora una vez que la situación epidemiológica de cada región así lo permita y se garanticen las condiciones sanitarias establecidas en los protocolos”.
Por su parte, el secretario de Políticas Universitarias, Jaime Perczyk, señaló: “La aprobación del instrumento colectivo que nos permite planificar el regreso” y sintetizó tres objetivos alcanzados: “Hemos logrado preservar la salud de nuestras y nuestros estudiantes y docentes al momento de suspender la presencialidad. También, logramos sostener el derecho a la educación pudiendo brindar un primer cuatrimestre en el que las y los jóvenes universitarios han accedido a clases virtuales. Por último, garantizamos la calidad académica para 2.200.000 de alumnas y alumnos”.
En las universidades se espera que el regreso a las aulas sea posterior. En el nivel superior, la posibilidad de sostener la continuidad pedagógica en forma virtual es mayor. Por eso, la prioridad en el retorno la tendrán primaria y secundaria.
Entre los lineamientos generales para la reapertura de clases presenciales, se destacan:
- Establecer criterios de implementación de protocolos en las universidades e institutos universitarios según la situación o fase epidemiológica que transite.
- Generar en cada institución un plan en conjunto con la comunidad educativa para evaluar posibilidades de implementación.
- Resguardar a los grupos más impactados por la pandemia a fin de disminuir desigualdades.
- Profundizar el vínculo y la comunicación entre los sectores de salud, educación y desarrollo social como así también con los municipios para resolver problemas territoriales específicos.
- Optimizar la infraestructura sanitaria en cada una de las casas de estudio.
- Eliminar la realización de actividades masivas presenciales.
Fuente: Diario Uno de Mendoza